A principio de los 80, cuando en España se iniciaban los primeros pasos de la Fecundación In Vitro (FIV), muchos centros se abrieron con escasos recursos humanos: un especialista en ginecología y obstetricia, un biólogo, personal de enfermería y poco más.
Sin embargo, fue pasando el tiempo y se fue forjando un marco ético –legal para esta área hasta llegar a la actual Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida, en la que se recoge las normas sobre cómo deben ser los centros sanitarios y equipos biomédicos que se dediquen a esta materia.
De este modo, hoy en día es indispensable en un buen centro de reproducción asistida humana contar con un equipo multidisciplinar compuesto por: especialistas en ginecología y obstetricia, con formación y experiencia en reproducción humana asistida y fertilidad; andrólogos, embriólogos, genetistas, anestesistas, psicólogos, personal de enfermería, técnicos de laboratorio, auxiliares de clínica, personal administrativo, personal de atención al paciente, personal de mantenimiento y limpieza. Todos y cada uno de ellos forman parte de una cadena, en la que cada eslabón es importante para que todo funcione correctamente.
De todos los profesionales mencionados, quizás la figura del embriólogo es la menos conocida. Por eso y porque es mi especialidad, voy a detenerme un momento a contarte un poco más sobre esta profesión.
El embriólogo no es sinónimo de biólogo, como generalmente se cree, aunque ciertamente muchos de los que terminan siendo embriólogos cuentan con la licenciatura en Biología. No obstante, según el RD 413/1996, estos profesionales pueden poseer otras licenciaturas de Ciencias Biomédicas como Medicina, Veterinaria, Farmacia o Química, y podrán ejercer siempre y cuando tengan formación y experiencia en biología de la reproducción.
Por desgracia en España no se reconoce la especialidad de embriólogo clínico, a pesar de requerir una sólida formación y realizar funciones muy específicas. En nuestro país la asociación científica ASEBIR y a nivel internacional, la Sociedad Europea de Reproducción Asistida (ESHRE), son las únicas que les otorgan a estos profesionales cualificados un certificado.
Para terminar, te dejaré un consejo:
Cuando acudas a una clínica de reproducción asistida, no te dejes impresionar por el numeroso equipo o técnicas que diga poseer, sino más bien pon atención a la formación y cualificación que tengan los profesionales que integren el equipo. No dudes en preguntar todas las cuestiones que se te ocurran y si tienes la oportunidad de hablar con el embriólogo, ¡aprovéchala! Él será quien mejor te podrá informar sobre del desarrollo del proceso que se llevará a cabo en el laboratorio.
Victoria
Material gráfico: Freepick