He dejado pasar el tiempo antes de entrar a debatir sobre la noticia de la “maternidad” de la famosa Ana García Obregón, mediante la gestación subrogada, para poder reflexionar y escuchar opiniones desde distintos ángulos. Realmente, se ha producido una gran conmoción social, que ha puesto el foco en temas muy sensibles que afectan a muchas personas y ha dividido la opinión de la sociedad, pero no acaban de abordarse en un marco ético-legal, tales como si la edad para ser madre/ padre debe estar limitada, la legalización de la gestación subrogada, el trasplante de útero o la necesidad de agilizar la adopción en España, que es prácticamente inexistente.
En @victoriainvitro hemos tratado en varias entradas sobre “la edad y la calidad ovocitaria”; “la edad para ser madre si importa” y “maternidad a los 40 o más con óvulos propios”. Todo argumentado desde el punto de vista biológico. No creo en que los 40 años sean los nuevos 30 años, la biología sigue inexorable su curso y se podrán poner “parches”, pero no recuperar la calidad de los gametos ni la fuerza física de la juventud.
En España no hay una ley escrita sobre el límite de edad para ser madre, pero si hay un acuerdo aceptado entre los profesionales para tomar 50-51 años, como límite más que razonable. Igualmente, dentro de las diversas condiciones para adoptar, la diferencia máxima entre el niño y el adoptante no puede ser superior a 45 años. Además, recientes trabajos indican que la edad paterna también influye, de forma negativa sobre la descendencia, especialmente a partir de los 45 años.
La gestación subrogada, ya lo han explicado juristas, bioéticos, psicólogos, etc. en diferentes medios de comunicación, está rechazada porque va en contra de los derechos humanos, perjudica gravemente los derechos de las mujeres gestantes y los bebés, que en algunos casos son abandonados por nacer con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, en España, aunque no está permitida por la Ley de Técnicas de Reproducción Asistida, es totalmente legal para un ciudadano español tener un hijo por este proceso en un país donde sí está regulada. ¡Qué incongruencia! ¿no os parece? Personalmente, no descarto que pueda ser una solución en aquellos casos, que, por ciertas patologías o impedimentos, no puedan gestar, siempre y cuando fuera legislado, se contara con apoyo profesional multidisciplinar y controlado, para que no hubiese intereses económicos de por medio, aunque parece más una utopía que una realidad. No nos engañemos, no es lo mismo la gestación subrogada en EEUU que en la India, donde en esta última el Parlamento indio ha tenido que prohibir esta práctica debido a la explotación de mujeres sin recursos. Ahora solo está permitido de forma altruista únicamente para parejas indias infértiles mediante una “pariente cercana”.
Una posibilidad de gestar por la propia paciente, en determinaos casos, sería del trasplante de útero, pero de momento está en vía experimental, que en España está prohibida. Es una técnica compleja, costosa que implica serios riesgos para la donante del útero, la receptora y al futuro bebe, todo ello conlleva a un gran debate ético.
Me consta que, si la adopción en España fuera más ágil, se abriría una puerta a muchas personas y niños que esperan formar una familia. Muchas personas que recurren a las técnicas de reproducción asistida ya están en listas de espera para adoptar desde hace años, la media de la lista de espera de adopción nacional está entre 4-8 años, a veces 10 años, en función de las listas de cada comunidad autónoma ¿Por qué tanto tiempo?
El caso que nos ocupa, debido a que se trata de un personaje público, podríamos decir que ha abierto la caja de Pandora, el debate de los diversos aspectos de su acción, y entre ellos, la acción de miles de parejas que al año salen en busca de su deseo fuera de nuestro país, ha llegado hasta el gobierno, juristas, profesionales de la salud, etc… ¿Servirá para algo? Ya han pasado varias semanas y, tras el revuelo inicial, parece que la caja se ha cerrado con los interrogantes sin resolver dentro… Quizás ahora, no es el momento.