Siempre me ha interesado la medicina alternativa, creo realmente en la energía y en los beneficios que la naturaleza nos da si conectamos con nuestro interior. Una forma de canalizar esa energía, desbloquearla en nuestro cuerpo cuando se estanca y hacerla fluir, es el fundamento de un arte marcial milenario que tiene una vertiente terapéutica: el Tai-Chi.
Para mí el Tai-Chi era una disciplina totalmente desconocida, sin embargo un familiar me la recomendó dado que estaba pasando una época muy estresante en mi vida, y yo además, soy nerviosa. Recuerdo que tardé varios días en atreverme a entrar en el centro porque me daba vergüenza, no me veía yo moviendo los brazos lentamente, concentrada, ¡qué va! Creía que me echaría a reír y haría el ridículo más supino. En fin, un día me armé de valor y entré en el Dojo, había leído bastante sobre el tema y me parecía muy apropiado para mí. El maestro fue toda una inspiración para mí, de hecho cuando me trasladé a Sevilla, busque otro centro y nuevamente tuve la suerte con dar con un buen maestro. Durante más de siete años fui practicante de Tai Chi, me apasionó tanto que pensé que a los pacientes de reproducción asistida, sometidos a tanto estrés les vendría muy bien, y busqué información al respecto, fui colaboradora activa del boletín de la asociación.. Di una charla informativa sobre la reproducción y el Tai Chi, y escribí un artículo que os invito a leer, si os pica un poco la curiosidad aquí lo tenéis. En su momento no tuvo mayor transcendencia porque frente a la medicina tradicional cualquier otro método no era tenido en cuenta. Sin embargo me complace ver, no sin cierta tristeza porque podríamos haber sido un centro innovador en su momento, como se recomiendan hoy en día de manera cotidiana los beneficios del tai chi, ya que es una rama importante dentro de la medicina tradicional China (MTC) que ayuda a conectar-alinear el cuerpo, la mente y el espíritu como ya os he mencionado anteriormente, facilitando que la energía se mueva por todo nuestro cuerpo de manera fluida, relajando, flexibilizando y equilibrando nuestro organismo. Al igual que se recomiendan el Yoga y la Meditación.
Como sé que hay muchos incrédulos sobre los beneficios que el Tai-Chi puede darnos, deciros que hay trabajos científicos contrastados como el de Wang, 2010 cuyas conclusiones indican que el Tai Chi está asociado al bienestar psicológico, reduciendo el stress, la ansiedad, la depresión, alteraciones de humor y la autoestima. Si tenemos en cuenta que para afrontar todas las etapas cuando se está buscando un embarazo ya sea de forma natural o asistida requiere ser positivos y enfrentarse a retos importantes, esta disciplina puede ser una perfecta aliada para nosotros.
Otra disciplina que también se emplea en muchos centros de reproducción asistida, al menos en USA, es el Qi gong que consiste en menos movimientos que el Tai Chi y tiene la misma finalidad disminuir la ansiedad, el estrés y buscar nuestro equilibrio. Os dejo un video explicado por Richard Lobbenberg, sobre Qi gong y Ferlitilidad, está en inglés pero los ejerccios los podéis seguir y haceros una idea.
Es necesario tener un equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu para enfrentarnos a todos los restos de nuestra vida, pero especialmente en este periodo de búsqueda de un hijo, hay etapas muy duras que sólo con una actitud positiva y toda nuestra energía focalizada de forma saludable, nos ayudarán a que el proceso sea más liviano.
¡Atrévete a probarlo, no pierdes nada y puedes ganar mucho!