A la hora de pensar en ampliar la familia, en pareja o un varón sólo, se plantea en algún momento de su vida ¿Cuál es su proyecto reproductivo? Es decir, ¿hay deseo de descendencia? Y de ser así, ¿qué número de hijos sería el deseado? Una vez satisfecho, en ocasiones superado, el deseo reproductivo o una elección personal de no tener descendencia, se plantean las opciones contraceptivas, siendo las más extremas la esterilización masculina o femenina.
La esterilización masculina, vasectomía, es un proceso sencillo, pero curiosamente se realiza sólo en el 4.9% de la población mundial, pues varía según los países, las ideologías / religiones, las legislaciones vigentes, etc. Mientras que la esterilización femenina, siendo más compleja, es mucho más frecuente y en los países desarrollados va asociada a la edad materna.
¿En qué consiste la Vasectomía?
La vasectomía es un método quirúrgico en el que se procede a la oclusión de los conductos deferentes (conductos que permiten el paso de los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra) impidiendo el paso de los espermatozoides. Es un proceso que requiere anestesia local en la mayoría de los casos, y se puede realizar mediante diversas técnicas (vasectomía convencional, sin bisturí, sin aguja, etc.)
Es un método anticonceptivo de elección sencillo, no es doloroso en la mayoría de los casos, únicamente puede producir molestias durante unos días.
La vida sexual del paciente no se ve alterada, ni la libido, ni conseguir la erección ni llegar al orgasmo. Pero ¡atención!, no protege del contagio de enfermedades sexuales por lo que hay que seguir manteniendo las precauciones pertinentes.
En resumen es un método efectivo, definitivo y de bajo costo frente a la esterilización femenina.
Si bien, existe un 3-5% de varones que posteriormente quieren tener hijos por lo que solicitan la recanalización o vasovasostomía. Es por esta razón que previa a la vasectomía algunos urólogos recomiendan congelar muestras de semen.
¿Cómo saber que es una técnica efectiva?
La vasectomía si bien tiene una alta efectividad, nunca se puede asegurar que ésta es del 100%. Para valorar la efectividad de la técnica quirúrgica hay que realizar una serie de controles basados en análisis de semen, en este caso, seriados. El primer análisis de líquido seminal se realiza a los 2-3 meses de la vasectomía o al menos que se hayan realizado unas 20 eyaculaciones. Si el resultado es ausencia de espermatozoides no haría falta repetir la prueba, pero puede ocurrir que se observen espermatozoides sin motilidad, lo cual hace necesario repetir el análisis un mes más tarde. Caso que aparezcan espermatozoides móviles tras más de 4 meses de la vasectomía habría que repetirla porque se ha producido una recanalización.
La valoración de estos análisis de semen, preferentemente, ha de realizarse tras la concentración de toda la muestra seminal por centrifugación. Hasta no asegurar la ausencia de espermatozoides (azoospermia) que suele ser el criterio general, aunque algunos grupos consideran que no debería ser ese el resultado, sino poner el límite en la presencia de menos de 100.000 espermatozoides inmóviles en toda la muestra estudiada, se han de tomar medidas anticonceptivas.
Riesgos y complicaciones
Los riesgos y complicaciones se resumen en la siguiente tabla:
¿Es posible, si se desea, volver a tener hijos tras la vasectomía?
Sí que es posible, si se desea, volver a tener hijos tras una vasectomía. Ya sea de forma quirúrgica, si se realiza una vasovasostomía, con una tasa de éxito del 86% (presencia de espermatozoides móviles en el líquido seminal) o recurriendo a la técnica de reproducción asistida, específicamente la microinyección intracitoplasmática del espermatozoide (ICSI). Y para obtener los espermatozoides se realizan diversas actuaciones que se emplean frecuentemente en las técnicas de fecundación in vitro, como son:
PESA (Percutaneous Epydidimis Sperm Aspiration) Consiste en extraer los espermatozoides directamente del epidídimo mediante aspiración a través de una aguja fina.
TESA (Testicular Sperm Aspiration) Básicamente es una técnica con el mismo principio que la anterior pero la aspiración se realiza en el testículo.
La aspiración se recoge en un tubo con medio tamponado y se analiza en el laboratorio mediante el microscopio óptico. Caso de encontrar suficientes espermatozoides para realizar la técnica de FIV/ICSI se da por acabada la extracción. Pero si la búsqueda es negativa, se procede a la realización de la siguiente técnica:
TESE (Testícular Sperm Extraction) Esta técnica es más compleja ya que es necesario realizar una biopsia del testículo. Las secciones del testículo son disgregadas, extracción del material celular de los túbulos seminales, y se hace una búsqueda para encontrar los espermatozoides.
Una vez observada la presencia de espermatozoides se procede a su aislamiento y concentración para su uso, si el proceso de fecundación es en fresco, o su criopreservación en espera de que se realice el ciclo.
¿Cómo hacer que la población masculina acepte la vasectomía?
Revisiones bibliográficas sobre el impacto de la vasectomía en la población masculina ponen de manifiesto que es necesario integrar al varón en el plan familiar; dar una mayor información, tanto oral como escrita (consentimiento informado); aportar los conocimientos necesarios al paciente sobre la técnica a aplicar, beneficios y posibles complicaciones; así como eliminar la actitud negativa ante el proceso.
La vasectomía permite la elección de método anticonceptivo de alta eficiencia, si bien, el paciente cambia de opinión tiene la tranquilidad de disponer de varias metodologías para tener hijos propios, Un mayor conocimiento de los pros y contras del método quirúrgico permitirá al paciente tomar su decisión de forma libre y responsable.